Annabel Garrido
- 28 may 2021
- 3 Min. de lectura

¿Mi trabajo - Mi familia? ¿Conviene buscar que se parezcan?

Hace algunos días estaba viendo una película y pasaron un comercial, en él hubo una frase que me llamo la atención (era un comercial de pan) se referían a sí mismos como “una familia”; en ese momento pensé en todas las veces en donde había una junta en mi trabajo y escuchaba la misma frase somos “la familia X” y tenemos que ponernos la camiseta.

¿Cuál podrá ser el motivo para esto?

¿Por qué necesitaríamos pensar que los compañeros en una empresa son nuestra familia?

Me parece que es una forma de crear un compromiso afectivo con un negocio, buscando vincular a la gente haciendo lo posible para que las cosas funcionen, impulsando valores como: lealtad, compromiso, y muchas veces sacrificio

¿No es esto parecido a lo que se requiere una familia para conseguir la anhelada felicidad?

Es notorio que cuando hacemos las cosas con amor, las exigencias del otro no se perciben como una carga y las atiendes con buena actitud para mantener el vínculo cercano y la sinergia, entregas tu tiempo, tu creatividad y tu esfuerzo al bien común y al crecimiento de esa familia, se fortalecen los lazos entre sus miembros, y de ahí nacen hermanos amorosos así como las rivalidades novelescas entre parientes, los padres hacen su aparición como fueron percibidos en la infancia, existe la tía molesta, la prima chismosa, la abuelita consentidora que todos quieren y por supuesto la mala o malo del cuento, aquella persona que a todo mundo le cae mal y/o hasta es la vergüenza familiar.

Lo bonito siempre es fácil de llevar, pero ¿estamos preparados para manejar y contener las conflictivas familiares?

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Algo muy valioso de hacer una cohesión similar a la familia en el trabajo, es conseguir que las personas se comprometan con amor a sus tareas lo que puede generar una motivación importante para realizar su trabajo de manera efectiva. Considero que a la par de esto debe de haber una retribución equiparable al nivel de compromiso que las personas otorgan, además de tener la habilidad suficiente para manejar los conflictos psicológicos y emocionales que se puedan generar por este tipo de relación “familiar” idealizada. Puedes ver el curso online Bases de Inteligencia Emocional

Sin embargo, asimilar un equipo laboral a una familia, también puede tener desafíos; por ejemplo, un jefe excesivamente exigente podría asemejarse a aquel padre autoritario con el cual había conflictos; pues podríamos entender que el jefe llegue a ser visto como una proyección de la imagen paterna a veces en conflicto por ser alguien a quién desafiar ¿imaginas qué podría suceder?...

En este punto es fundamental un equilibrio emocional de un líder, que trasciende a ser solo un jefe. Hemos observado que prácticas de Líder de Servicio (Blanchard) ayudan ampliamente para resolver este punto en aras de que las personas se comprometan y amen a su empresa, además de sentirse contenidos y guiados por un líder que reconoce sus habilidades, fomenta su productividad e impulsa un compromiso mutuo donde el ganar de uno es el éxito de otro.

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En artículos posteriores, comentaremos del Líder 3.0 en donde el trabajo colaborativo es la base para la realización profesional, un camino para obtener aquellas cosas que hemos soñado cuando estamos detrás de un escritorio.

¿Qué te parecería crear una sociedad en donde se puedan encontrar las herramientas y el apoyo necesario para tener una vida plena trabajo - persona?